Acts 7
1 Entonces el sumo sacerdote Preguntó: --¿Es esto Así?
2 Y él Respondió: --Hermanos y padres, Oíd. El Dios de la gloria Apareció a nuestro padre Abraham cuando estaba en Mesopotamia, antes que habitase en Haràn,
3 y le dijo: "Sal de tu tierra y de tu parentela y vete a la tierra que te mostraré."
4 Entonces Salió de la tierra de los caldeos y Habitó en Haràn. Después que Murió su padre, Dios le Trasladó de Allà a esta tierra en la cual vosotros Habitàis ahora.
5 Pero no le dio heredad en ella, ni siquiera para asentar su pie; aunque Prometió darla en Posesión a él y a su descendencia después de él, aun cuando él no Tenía hijo.
6 Así Dios le dijo que su descendencia Sería extranjera en tierra ajena y que los Reducirían a esclavitud y los Maltratarían por cuatrocientos años.
7 "Pero yo juzgaré a la Nación a la cual sirvan", dijo Dios, "y después de esto Saldràn y me Rendiràn culto en este lugar."
8 Dios le dio el pacto de la Circuncisión; y Así Abraham Engendró a Isaac y le Circuncidó al octavo Día. Lo mismo hizo Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas.
9 Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto. Pero Dios estaba con él;
10 le Libró de todas sus tribulaciones y le dio gracia y Sabiduría en la presencia del Faraón, rey de Egipto, quien le puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.
11 Entonces vino hambre y gran Tribulación en toda la tierra de Egipto y en Canaàn, y nuestros padres no hallaban alimentos.
12 Pero al Oír Jacob que Había trigo en Egipto, Envió a nuestros padres la primera vez.
13 La segunda vez, José se dio a conocer a sus hermanos. Así el linaje de José fue dado a conocer al Faraón.
14 Y José Envió e hizo venir a su padre Jacob y a toda su familia, que eran 75 personas.
15 Así Descendió Jacob a Egipto, donde él y nuestros padres terminaron su vida.
16 Y fueron llevados a Siquem y puestos en el sepulcro que Abraham Compró a precio de plata, de los hijos de Hamor en Siquem.
17 Como se acercaba el tiempo de la promesa, la cual Dios Había asegurado a Abraham, el pueblo Creció y se Multiplicó en Egipto
18 hasta que se Levantó en Egipto otro rey que no Conocía a José.
19 Con astucia este rey se Aprovechó de nuestro pueblo y Maltrató a nuestros padres, haciéndoles exponer a la muerte a sus bebés para que no sobreviviesen.
20 En aquel tiempo Nació Moisés y era agradable a Dios. El fue criado tres meses en la casa de su padre;
21 pero cuando fue expuesto a la muerte, la hija del Faraón le Recogió y lo Crió como a hijo suyo.
22 Moisés fue instruido en toda la Sabiduría de los egipcios y era poderoso en sus palabras y hechos.
23 Cuando Cumplió cuarenta años, le vino al Corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel.
24 Al ver que uno era maltratado le Defendió, y matando al egipcio, Vengó al oprimido.
25 Pensaba que sus hermanos Entenderían que Dios les Daría Liberación por su mano, pero ellos no lo entendieron.
26 Al Día siguiente, él se Presentó a unos que estaban peleando y trataba de ponerlos en paz diciendo: "¡Hombres, sois hermanos! ¿Por qué os Maltratàis el uno al otro?"
27 Entonces, el que maltrataba a su Prójimo le Rechazó diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernador y juez sobre nosotros?
28 ¿Acaso quieres Tú matarme como mataste ayer al egipcio?
29 Al Oír esta palabra, Moisés Huyó y Vivió exiliado en la tierra de Madiàn, donde Engendró dos hijos.
30 Cuarenta años después, un àngel le Apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza.
31 Cuando Moisés le vio, se Asombró de la Visión; pero al acercarse para mirar, le vino la voz del Señor:
32 "Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob." Pero Moisés, temblando, no se Atrevía a mirar.
33 Le dijo el Señor: "Quita las sandalias de tus pies, porque el lugar donde Estàs es tierra santa.
34 He mirado atentamente la Aflicción de mi pueblo en Egipto. He Oído el gemido de ellos y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, y te enviaré a Egipto."
35 A este mismo Moisés, al cual Habían rechazado diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernador y juez?, Dios le Envió por gobernador y redentor, por mano del àngel que le Apareció en la zarza.
36 El los Sacó, haciendo prodigios y señales en Egipto, en el mar Rojo y en el desierto por cuarenta años.
37 Este es el mismo Moisés que dijo a los hijos de Israel: Dios os Levantarà un profeta como yo de entre vuestros hermanos.
38 Este es aquel que estuvo en la Congregación en el desierto con el àngel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y el que Recibió palabras de vida para darnos.
39 Nuestros padres no quisieron serle obedientes; Màs bien, le rechazaron y en sus corazones se volvieron Atràs a Egipto,
40 diciendo a Aarón: Haz para nosotros dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés que nos Sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le Habrà acontecido.
41 Entonces, en aquellos Días hicieron un becerro y ofrecieron sacrificio al ídolo, y se regocijaban en las obras de sus manos.
42 Pero Dios se Apartó de ellos y los Entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo, como Està escrito en el libro de los Profetas: ¿Acaso me ofrecisteis Víctimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años, oh casa de Israel?
43 Màs bien, llevasteis el Tabernàculo de Moloc y la estrella de vuestro dios Renfàn, las Imàgenes que hicisteis para adorarlas. Por tanto, os transportaré Màs Allà de Babilonia.
44 En el desierto, nuestros padres Tenían el Tabernàculo del testimonio, como lo Había ordenado Dios, quien ordenaba a Moisés que lo hiciese Según el modelo que Había visto.
45 Habiendo recibido el Tabernàculo, nuestros padres, junto con Josué, lo introdujeron en la Posesión de las naciones que Dios Expulsó de la presencia de nuestros padres, hasta los Días de David.
46 Este Halló gracia delante de Dios y Pidió proveer un Tabernàculo para el Dios de Jacob.
47 Pero Salomón le Edificó casa.
48 No obstante, el Altísimo no habita en casas hechas por mano, como dice el profeta:
49 El cielo es mi trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor. ¿Cuàl Serà el lugar de mi reposo?
50 ¿No hizo mi mano todas estas cosas?
51 ¡Duros de cerviz e incircuncisos de Corazón y de Oídos! Vosotros Resistís siempre al Espíritu Santo. Como vuestros padres, Así también vosotros.
52 ¿A Cuàl de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que de antemano anunciaron la venida del Justo. Y ahora habéis venido a ser sus traidores y asesinos.
53 ¡Vosotros que habéis recibido la ley por Disposición de los àngeles, y no la guardasteis!
54 Escuchando estas cosas, se Enfurecían en sus corazones y Crujían los dientes contra él.
55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo y puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba de pie a la diestra de Dios.
56 Y dijo: --¡He Aquí, veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios!
57 Entonces gritaron a gran voz, se taparon los Oídos y a una se precipitaron sobre él.
58 Le echaron fuera de la ciudad y le apedrearon. Los testigos dejaron sus vestidos a los pies de un joven que se llamaba Saulo.
59 Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba diciendo: --¡Señor Jesús, recibe mi Espíritu!
60 Y puesto de rodillas Clamó a gran voz: --¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado! Y habiendo dicho esto, Durmió.
Acts 8
1 Y Saulo Consentía en su muerte. En aquel Día se Desató una gran Persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y de Samaria, con Excepción de los Apóstoles.
2 Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban, e hicieron gran Lamentación por él.
3 Entonces Saulo asolaba a la iglesia. Entrando de casa en casa, arrastraba tanto a hombres como a mujeres y los entregaba a la Càrcel.
4 Entonces, los que fueron esparcidos anduvieron anunciando la palabra.
5 Y Felipe Descendió a la ciudad de Samaria y les predicaba a Cristo.
6 Cuando la gente Oía y Veía las señales que Hacía, escuchaba atentamente y de Común acuerdo lo que Felipe Decía.
7 Porque de muchas personas Salían Espíritus inmundos, dando grandes gritos, y muchos Paralíticos y cojos eran sanados;
8 de modo que Había gran regocijo en aquella ciudad.
9 Hacía tiempo Había en la ciudad cierto hombre llamado Simón, que practicaba la magia y engañaba a la gente de Samaria, diciendo ser alguien grande.
10 Todos estaban atentos a él, desde el Màs pequeño hasta el Màs grande, diciendo: "¡Este Sí que es el Poder de Dios, llamado Grande!"
11 Le prestaban Atención, porque con sus artes Màgicas les Había asombrado por mucho tiempo.
12 Pero cuando creyeron a Felipe mientras anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
13 Aun Simón mismo Creyó, y una vez bautizado él acompañaba a Felipe; y viendo las señales y grandes maravillas que se Hacían, estaba Atónito.
14 Los Apóstoles que estaban en Jerusalén, al Oír que Samaria Había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan,
15 los cuales descendieron y oraron por los samaritanos para que recibieran el Espíritu Santo.
16 Porque Aún no Había descendido sobre ninguno de ellos el Espíritu Santo; solamente Habían sido bautizados en el nombre de Jesús.
17 Entonces les impusieron las manos, y recibieron el Espíritu Santo.
18 Cuando Simón vio que por medio de la Imposición de las manos de los Apóstoles se daba el Espíritu Santo, les Ofreció dinero,
19 diciendo: --Dadme también a Mí este poder, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo.
20 Entonces Pedro le dijo: --¡Tu dinero perezca contigo, porque has pensado obtener por dinero el don de Dios!
21 Tú no tienes parte ni suerte en este asunto, porque tu Corazón no es recto delante de Dios.
22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad y ruega a Dios, si Quizàs te sea perdonado el pensamiento de tu Corazón;
23 porque veo que Estàs destinado a hiel de amargura y a cadenas de maldad.
24 Entonces respondiendo Simón dijo: --Rogad vosotros por Mí ante el Señor, para que ninguna cosa de las que habéis dicho venga sobre Mí.
25 Ellos, después de haber testificado y hablado la palabra de Dios, regresaron a Jerusalén y anunciaban el evangelio en muchos pueblos de los samaritanos.
26 Un àngel del Señor Habló a Felipe diciendo: "Levàntate y vé hacia el sur por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto."
27 El se Levantó y fue. Y he Aquí un eunuco Etíope, un alto funcionario de Candace, la reina de Etiopía, quien estaba a cargo de todos sus tesoros y que Había venido a Jerusalén para adorar,
28 regresaba sentado en su carro leyendo el profeta Isaías.
29 El Espíritu dijo a Felipe: "Acércate y Júntate a ese carro."
30 Y Felipe corriendo le Alcanzó y le Oyó que Leía el profeta Isaías. Entonces le dijo: --¿Acaso entiendes lo que lees?
31 Y él le dijo: --¿Pues Cómo podré yo, a menos que alguien me Guíe? Y Rogó a Felipe que subiese y se sentase junto a él.
32 La Porción de las Escrituras que Leía era ésta: Como oveja, al matadero fue llevado, y como cordero mudo delante del que lo trasquila, Así no Abrió su boca.
33 En su Humillación, se le Negó justicia; pero su Generación, ¿quién la Contarà? Porque su vida es quitada de la tierra.
34 Respondió el eunuco a Felipe y dijo: --Te ruego, ¿de quién dice esto el profeta? ¿Lo dice de Sí mismo o de Algún otro?
35 Entonces Felipe Abrió su boca, y comenzando desde esta Escritura, le Anunció el evangelio de Jesús.
36 Mientras iban por el camino, llegaron a donde Había agua, y el eunuco dijo: --He Aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?
37 Felipe dijo: --Si crees con todo tu Corazón, es posible. Y respondiendo, dijo: --Creo que Jesús, el Cristo, es el Hijo de Dios.
38 Y Mandó parar el carro. Felipe y el eunuco descendieron ambos al agua, y él le Bautizó.
39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor Arrebató a Felipe. Y el eunuco no le vio Màs, pues Seguía su camino gozoso.
40 Pero Felipe se Encontró en Azoto, y pasando por Allí, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que Llegó a Cesarea.
Acts 9
1 Entonces Saulo, respirando Aún amenazas y homicidio contra los Discípulos del Señor, se Presentó al sumo sacerdote
2 y le Pidió cartas para las sinagogas en Damasco, con el fin de llevar preso a Jerusalén a cualquiera que hallase del Camino, fuera hombre o mujer.
3 Mientras iba de viaje, llegando cerca de Damasco, Aconteció de repente que le Rodeó un resplandor de luz desde el cielo.
4 El Cayó en tierra y Oyó una voz que le Decía: --Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
5 Y él dijo: --¿Quién eres, Señor? Y él Respondió: --Yo soy Jesús, a quien Tú persigues.
6 Pero Levàntate, entra en la ciudad, y se te Dirà lo que te es preciso hacer.
7 Los hombres que iban con Saulo Habían quedado de pie, enmudecidos. A la verdad, Oían la voz, pero no Veían a nadie.
8 Entonces Saulo fue levantado del suelo, y aun con los ojos abiertos no Veía nada. Así que, Guiàndole de la mano, le condujeron a Damasco.
9 Por tres Días estuvo sin ver, y no Comió ni Bebió.
10 Había cierto Discípulo en Damasco llamado Ananías, y el Señor le dijo en Visión: --Ananías. El Respondió: --Heme Aquí, Señor.
11 El Señor le dijo: --Levàntate, vé a la calle que se llama La Derecha y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo de Tarso; porque he Aquí él Està orando,
12 y en una Visión ha visto a un hombre llamado Ananías que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.
13 Entonces Ananías Respondió: --Señor, he Oído a muchos hablar acerca de este hombre, y de Cuàntos males ha hecho a tus santos en Jerusalén.
14 Aun Aquí tiene autoridad de parte de los principales sacerdotes para tomar presos a todos los que invocan tu nombre.
15 Y le dijo el Señor: --Vé, porque este hombre me es un instrumento escogido para llevar mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel.
16 Porque yo le mostraré Cuànto le es necesario padecer por mi nombre.
17 Entonces Ananías fue y Entró en la casa; le puso las manos encima y dijo: --Saulo, hermano, el Señor Jesús, que te Apareció en el camino por donde Venías, me ha enviado para que recuperes la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
18 De inmediato le Cayó de los ojos algo como escamas, y Volvió a ver. Se Levantó y fue bautizado;
19 y habiendo comido, Recuperó las fuerzas. Saulo estuvo por algunos Días con los Discípulos que estaban en Damasco.
20 Y en seguida predicaba a Jesús en las sinagogas, diciendo: --Este es el Hijo de Dios.
21 Todos los que le Oían estaban Atónitos y Decían: --¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre? ¿Y no ha venido Acà para eso mismo, para llevarles presos ante los principales sacerdotes?
22 Pero Saulo se Fortalecía aun Màs y Confundía a los Judíos que habitaban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.
23 Pasados muchos Días, los Judíos consultaron entre Sí para matarle;
24 pero sus asechanzas fueron conocidas por Saulo. Y guardaban aun las puertas de la ciudad de Día y de noche para matarle.
25 Entonces sus Discípulos tomaron a Saulo de noche y le bajaron por el muro en una canasta.
26 Cuando fue a Jerusalén, intentaba juntarse con los Discípulos; y todos le Tenían miedo, porque no Creían que fuera Discípulo.
27 Pero Bernabé le Recibió y le Llevó a los Apóstoles. Les Contó Cómo Había visto al Señor en el camino, y que Había hablado con él, y Cómo en Damasco Había predicado con Valentía en el nombre de Jesús.
28 Así entraba y Salía con ellos en Jerusalén,
29 predicando con Valentía en el nombre del Señor. Hablaba y Discutía con los helenistas, pero ellos procuraban matarle.
30 Luego, cuando los hermanos lo supieron, le acompañaron hasta Cesarea y le enviaron a Tarso.
31 Entonces por toda Judea, Galilea y Samaria la iglesia Tenía paz. Iba Edificàndose y Vivía en el temor del Señor, y con el consuelo del Espíritu Santo se multiplicaba.
32 Aconteció que mientras Pedro Recorría por todas partes, fue también a visitar a los santos que habitaban en Lida.
33 Allí Encontró a cierto hombre llamado Eneas, que estaba postrado en cama desde Hacía ocho años, pues era Paralítico.
34 Pedro le dijo: "Eneas, ¡Jesucristo te sana! Levàntate y arregla tu cama." De inmediato se Levantó,
35 y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor.
36 Entonces Había en Jope cierta Discípula llamada Tabita, que traducido es Dorcas. Ella estaba llena de buenas obras y de actos de misericordia que Hacía.
37 Aconteció en aquellos Días que ella se Enfermó y Murió. Después de lavarla, la pusieron en una sala del piso superior.
38 Como Lida estaba cerca de Jope, los Discípulos, al Oír que Pedro estaba Allí, le enviaron dos hombres para que le rogaran: "No tardes en venir hasta nosotros."
39 Entonces Pedro se Levantó y fue con ellos. Cuando Llegó, le llevaron a la sala y le rodearon todas las viudas, llorando y Mostràndole las Túnicas y los vestidos que Dorcas Hacía cuando estaba con ellas.
40 Después de sacar fuera a todos, Pedro se puso de rodillas y Oró; y vuelto hacia el cuerpo, dijo: "¡Tabita, Levàntate!" Ella Abrió los ojos, y al ver a Pedro se Sentó.
41 El le dio la mano y la Levantó. Entonces Llamó a los santos y a las viudas, y la Presentó viva.
42 Esto fue conocido en todo Jope, y muchos creyeron en el Señor.
43 Pedro se Quedó muchos Días en Jope, en casa de un tal Simón, curtidor.
Acts 10
1 Había en Cesarea cierto hombre llamado Cornelio, que era Centurión de la Compañía llamada la Italiana.
2 Era piadoso y temeroso de Dios, junto con toda su casa. Hacía muchas obras de misericordia para el pueblo y oraba a Dios constantemente.
3 Como a la hora novena del Día, él vio claramente en Visión a un àngel de Dios que Entró hacia él y le dijo: --Cornelio.
4 Con los ojos puestos en el àngel y espantado, él dijo: --¿Qué hay, Señor? Y le dijo: --Tus oraciones y tus obras de misericordia han subido como memorial ante la presencia de Dios.
5 Ahora, pues, Envía hombres a Jope y haz venir a cierto Simón, que tiene por sobrenombre Pedro.
6 Este se hospeda con un tal Simón, curtidor, quien tiene su casa junto al mar.
7 En cuanto se fue el àngel que hablaba con él, Cornelio Llamó a dos de sus criados y a un soldado piadoso de entre sus asistentes,
8 y después de haberles contado todo esto, los Envió a Jope.
9 Al Día siguiente, mientras ellos iban viajando por el camino y llegaban cerca de la ciudad, Pedro Subió a la azotea para orar, como a la sexta hora.
10 Sintió mucha hambre y deseaba comer; pero mientras preparaban la comida, le sobrevino un éxtasis.
11 Vio el cielo abierto y un objeto que Descendía como un gran lienzo, bajado por sus cuatro extremos a la tierra.
12 En el lienzo Había toda clase de Cuadrúpedos y reptiles de la tierra y aves del cielo.
13 Y le vino una voz: --Levàntate, Pedro; mata y come.
14 Entonces Pedro dijo: --¡De ninguna manera, Señor! Porque ninguna cosa Común o inmunda he comido Jamàs.
15 La voz Volvió a él por segunda vez: --Lo que Dios ha purificado, no lo tengas Tú por Común.
16 Esto Ocurrió tres veces, y de repente el objeto fue elevado al cielo.
17 Mientras Pedro estaba perplejo dentro de Sí acerca de lo que pudiera ser la Visión que Había visto, he Aquí los hombres enviados por Cornelio, habiendo preguntado por la casa de Simón, llegaron a la puerta.
18 Entonces llamaron y preguntaron si un Simón que Tenía por sobrenombre Pedro se hospedaba Allí.
19 Como Pedro Seguía meditando en la Visión, el Espíritu le dijo: "He Aquí, tres hombres te buscan.
20 Levàntate, pues, y baja. No dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado."
21 Entonces Pedro Bajó para recibir a los hombres y dijo: --Heme Aquí. Yo soy el que Buscàis. ¿Cuàl es la causa por la que habéis venido?
22 Ellos dijeron: --Cornelio, un Centurión, hombre justo y temeroso de Dios, como bien lo testifica toda la Nación de los Judíos, ha recibido instrucciones en una Revelación por medio de un santo àngel, para hacerte venir a su casa y Oír tus palabras.
23 Entonces les hizo entrar y los Alojó. Al Día siguiente, se Levantó y fue con ellos. También le acompañaron algunos de los hermanos de Jope.
24 Al Día siguiente, entraron en Cesarea. Cornelio los estaba esperando, habiendo invitado a sus parientes y a sus amigos Màs íntimos.
25 Cuando Pedro iba a entrar, Cornelio Salió para recibirle, se Postró a sus pies y le Adoró.
26 Pero Pedro le Levantó diciendo: --¡Levàntate! Yo mismo también soy hombre.
27 Mientras hablaba con él, Entró y Halló que muchos se Habían reunido.
28 Y les dijo: --Vosotros sabéis Cuàn indebido le es a un hombre Judío juntarse o acercarse a un extranjero, pero Dios me ha mostrado que a Ningún hombre llame Común o inmundo.
29 Por esto, al ser llamado, vine sin poner objeciones. Así que pregunto: ¿Por qué Razón mandasteis por Mí?
30 Entonces dijo Cornelio: --Hace cuatro Días como a esta hora, la hora novena, yo estaba orando en mi casa. Y he Aquí, un hombre en vestiduras resplandecientes se puso de pie delante de Mí
31 y dijo: "Cornelio, tu Oración ha sido atendida, y tus obras de misericordia han sido recordadas ante la presencia de Dios.
32 Envía, por tanto, a Jope y haz venir a Simón, que tiene por sobrenombre Pedro. El Està alojado en casa de Simón el curtidor, junto al mar."
33 Así que, inmediatamente envié a ti; y Tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos Aquí en la presencia de Dios, para Oír todo lo que el Señor te ha mandado.
34 Entonces Pedro, abriendo su boca, dijo: --De veras, me doy cuenta de que Dios no hace Distinción de personas,
35 sino que en toda Nación le es acepto el que le teme y obra justicia.
36 Dios ha enviado un mensaje a los hijos de Israel, anunciando las buenas nuevas de la paz por medio de Jesucristo. El es el Señor de todos.
37 Vosotros sabéis el mensaje que ha sido divulgado por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que Predicó Juan.
38 Me refiero a Jesús de Nazaret, y a Cómo Dios le Ungió con el Espíritu Santo y con poder. El anduvo haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que él hizo, tanto en la Región de Judea como en Jerusalén. A él le mataron Colgàndole sobre un madero,
40 pero Dios le Levantó al tercer Día e hizo que apareciera,
41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios Había escogido de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que Resucitó de entre los muertos.
42 El nos ha mandado a predicar al pueblo y a testificar que él es el que Dios ha puesto como Juez de los vivos y de los muertos.
43 Todos los profetas dan testimonio de él, y de que todo aquel que cree en él Recibirà Perdón de pecados por su nombre.
44 Mientras Pedro Todavía hablaba estas palabras, el Espíritu Santo Cayó sobre todos los que Oían la palabra.
45 Y los creyentes de la Circuncisión que Habían venido con Pedro quedaron asombrados, porque el don del Espíritu Santo fue derramado también sobre los gentiles;
46 pues les Oían hablar en lenguas y glorificar a Dios.
47 Entonces Pedro Respondió: --¿Acaso puede alguno negar el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo, igual que nosotros?
48 Y les Mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Entonces le rogaron que se quedara por algunos Días.
Acts 11
1 Los Apóstoles y los hermanos que estaban en Judea oyeron que también los gentiles Habían recibido la palabra de Dios.
2 Y cuando Pedro Subió a Jerusalén, Contendían contra él los que eran de la Circuncisión,
3 diciendo: --¡Entraste en casa de hombres incircuncisos y comiste con ellos!
4 Entonces Pedro Comenzó a contarles en orden, diciendo:
5 --Yo estaba orando en la ciudad de Jope, y vi en éxtasis una Visión: un objeto que Descendía como un gran lienzo, bajado del cielo por sus cuatro extremos, y Llegó a donde yo estaba.
6 Cuando fijé la vista en él, observé y vi Cuadrúpedos de la tierra, fieras y reptiles, y aves del cielo.
7 Luego Oí también una voz que me Decía: "Levàntate, Pedro; mata y come."
8 Pero yo dije: "¡De ninguna manera, Señor! Porque Jamàs ha entrado en mi boca ninguna cosa Común o inmunda."
9 Entonces Respondió la voz del cielo por segunda vez: "Lo que Dios ha purificado no lo tengas Tú por Común."
10 Esto Ocurrió tres veces, y todo Volvió a ser retirado al cielo.
11 Y he Aquí llegaron en seguida tres hombres a la casa donde Estàbamos, enviados a Mí desde Cesarea;
12 y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Fueron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa del hombre.
13 El nos Contó Cómo Había visto en su casa un àngel que se puso de pie y le dijo: "Envía a Jope y haz venir a Simón, que tiene por sobrenombre Pedro.
14 El te Hablarà palabras por las cuales Seràs salvo Tú, y toda tu casa."
15 Cuando comencé a hablar, el Espíritu Santo Cayó sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.
16 Entonces me acordé del dicho del Señor, cuando Decía: "Juan ciertamente Bautizó en agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo."
17 Así que, si Dios les dio el mismo don también a ellos, como a nosotros que hemos Creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poder resistir a Dios?
18 Al Oír estas cosas, se calmaron y glorificaron a Dios diciendo: --¡Así que también a los gentiles Dios ha dado arrepentimiento para vida!
19 Entre tanto, los que Habían sido esparcidos a causa de la Tribulación que sobrevino en tiempos de Esteban fueron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin comunicar la palabra a nadie, excepto Sólo a los Judíos.
20 Pero entre ellos Había unos hombres de Chipre y de Cirene, quienes entraron en Antioquía y hablaron a los griegos Anunciàndoles las buenas nuevas de que Jesús es el Señor.
21 La mano del Señor estaba con ellos, y un gran Número que Creyó se Convirtió al Señor.
22 Llegaron noticias de estas cosas a Oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén, y enviaron a Bernabé para que fuese hasta Antioquía.
23 Cuando él Llegó y vio la gracia de Dios, se Regocijó y Exhortó a todos a que con Corazón firme permaneciesen en el Señor;
24 porque Bernabé era hombre bueno y estaba lleno del Espíritu Santo y de fe. Y mucha gente fue agregada al Señor.
25 Después Partió Bernabé a Tarso para buscar a Saulo, y cuando le Encontró, le Llevó a Antioquía.
26 Y Sucedió que se reunieron todo un año con la iglesia y enseñaron a mucha gente. Y los Discípulos fueron llamados cristianos por primera vez en Antioquía.
27 En aquellos Días descendieron unos profetas de Jerusalén a Antioquía.
28 Y se Levantó uno de ellos, que se llamaba Agabo, y dio a entender por el Espíritu que iba a ocurrir una gran hambre en toda la tierra habitada. (Esto Sucedió en tiempos de Claudio.)
29 Entonces los Discípulos, cada uno conforme a lo que Tenía, determinaron enviar una ofrenda para ministrar a los hermanos que habitaban en Judea.
30 Y lo hicieron, Enviàndolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.
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