cristojesuselsalvador

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jueves, 13 de enero de 2011

HECHOS 5

 Acts  22

 1 --Hermanos y padres, Oíd ahora mi defensa ante vosotros.
 2 Cuando oyeron que Pablo les hablaba en lengua hebrea, guardaron aun mayor silencio. Entonces dijo:
 3 --Soy un hombre Judío, nacido en Tarso de Cilicia pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel en la estricta observancia de la ley de nuestros padres, siendo celoso de Dios como lo sois todos vosotros hoy.
 4 Yo Perseguí este Camino hasta la muerte, tomando presos y entregando a las Càrceles a hombres y también a mujeres,
 5 como aun el sumo sacerdote me es testigo, y todos los ancianos de quienes también Recibí cartas para los hermanos. Y fui a Damasco para traer presos a Jerusalén a los que estaban Allí, para que fuesen castigados.
 6 Pero me Sucedió, cuando viajaba y llegaba cerca de Damasco, como a Mediodía, que de repente me Rodeó de resplandor una gran luz del cielo.
 7 Yo Caí al suelo y Oí una voz que me Decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"
 8 Entonces yo Respondí: "¿Quién eres, Señor?" Y me dijo: "Yo soy Jesús de Nazaret, a quien Tú persigues."
 9 A la verdad, los que estaban conmigo vieron la luz, pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo.
 10 Yo dije: "¿Qué haré, Señor?" Y el Señor me dijo: "Levàntate y vé a Damasco, y Allí se te Dirà todo lo que te Està ordenado hacer."
 11 Como no Podía ver a causa del resplandor de aquella luz, fui guiado de la mano por los que estaban conmigo, y entré en Damasco.
 12 Entonces un tal Ananías, hombre piadoso conforme a la ley, que Tenía buen testimonio de todos los Judíos que moraban Allí,
 13 vino a Mí y puesto de pie me dijo: "Hermano Saulo, recibe la vista." Y yo le vi en aquel instante.
 14 Y él me dijo: "El Dios de nuestros padres te ha designado de antemano para que conozcas su voluntad y veas al Justo, y oigas la voz de su boca.
 15 Porque Seràs testigo suyo ante todos los hombres de lo que has visto y Oído.
 16 Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levàntate y Bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre."
 17 Entonces, cuando Volví a Jerusalén, mientras oraba en el templo, Sucedió que Caí en éxtasis
 18 y vi al Señor que me Decía: "Date prisa y sal de inmediato de Jerusalén, porque no Recibiràn tu testimonio acerca de Mí."
 19 Y yo dije: "Señor, ellos saben bien que yo andaba encarcelando y azotando a los que Creían en ti en todas las sinagogas;
 20 y cuando se derramaba la sangre de tu testigo Esteban, yo también estaba presente, aprobaba su muerte y guardaba la ropa de los que le mataban."
 21 Pero él me dijo: "Anda, porque yo te enviaré lejos, a los gentiles."
 22 Le escucharon hasta esta palabra. Entonces alzaron la voz diciendo: --¡Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva!
 23 Como ellos daban voces, arrojaban sus ropas y echaban polvo al aire,
 24 el tribuno Mandó que metieran a Pablo en la fortaleza y Ordenó que le sometieran a interrogatorio mediante azotes, para saber por qué causa daban voces Así contra él.
 25 Pero apenas lo estiraron con las correas, Pablo dijo al Centurión que estaba presente: --¿Os es Lícito azotar a un ciudadano romano que no ha sido condenado?
 26 Cuando el Centurión Oyó esto, fue e Informó al tribuno diciendo: --¿Qué vas a hacer? Pues este hombre es romano.
 27 Vino el tribuno y le dijo: --Dime, ¿eres Tú romano? Y él dijo: --Sí.
 28 El tribuno Respondió: --Yo logré esta Ciudadanía con una gran suma. Entonces Pablo dijo: --Pero yo la tengo por nacimiento.
 29 Así que, en seguida se retiraron de él los que le iban a interrogar. También el tribuno tuvo temor cuando supo que Pablo era ciudadano romano y que le Había tenido atado.
 30 Al Día siguiente, queriendo saber con certeza la verdadera Razón por la que era acusado por los Judíos, le Desató y Mandó reunir a todos los principales sacerdotes y a todo el Sanedrín de ellos. Y sacando a Pablo, lo Presentó delante de ellos.

 Acts  23

 1 Entonces Pablo, fijando la vista en el Sanedrín, dijo: --Hermanos, yo he vivido delante de Dios con toda buena conciencia hasta el Día de hoy.
 2 Y el sumo sacerdote Ananías Mandó a los que estaban a su lado, que le golpeasen en la boca.
 3 Entonces Pablo dijo: --¡Dios te ha de golpear a ti, pared blanqueada! Tú Estàs sentado para juzgarme conforme a la ley; y quebrantando la ley, ¿mandas que me golpeen?
 4 Los que estaban presentes le dijeron: --¿Insultas Tú al sumo sacerdote de Dios?
 5 Y Pablo dijo: --No Sabía, hermanos, que fuera el sumo sacerdote; pues escrito Està: No Maldeciràs al gobernante de tu pueblo.
 6 Entonces Pablo, sabiendo que una parte del Sanedrín eran saduceos y la otra parte fariseos, Gritó en el Sanedrín: --Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos. Es por la esperanza y la Resurrección de los muertos que soy juzgado.
 7 Cuando dijo esto, se produjo Disensión entre los fariseos y los saduceos. La asamblea se Dividió,
 8 porque los saduceos dicen que no hay Resurrección, ni àngeles, ni Espíritus; pero los fariseos afirman todas estas cosas.
 9 Se Levantó un gran Vocerío, y algunos de los escribas del partido de los fariseos se levantaron y Contendían diciendo: --No hallamos Ningún mal en este hombre. ¿Y qué hay si un Espíritu o un àngel le ha hablado?
 10 Como hubo grande Disensión, el tribuno, temiendo que Pablo fuese despedazado, Mandó a los soldados que bajaran para arrebatarlo de en medio de ellos y llevarlo a la fortaleza.
 11 A la noche siguiente se le Presentó el Señor y le dijo: "Sé valiente, Pablo, pues Así como has testificado de Mí en Jerusalén, Así es necesario que testifiques también en Roma."
 12 Cuando Llegó el Día, los Judíos tramaron un complot y se juraron bajo Maldición, diciendo que no Comerían ni Beberían hasta que hubieran dado muerte a Pablo.
 13 Eran Màs de cuarenta los que Habían hecho esta Conjuración.
 14 Ellos fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos, y les dijeron: --Nosotros hemos jurado bajo Maldición, que no gustaremos nada hasta que hayamos dado muerte a Pablo.
 15 Ahora, pues, vosotros con el Sanedrín solicitad al tribuno que le saque mañana a vosotros, como si tuvierais que investigar su caso con Màs exactitud. Pero nosotros estaremos preparados para matarle antes que él llegue.
 16 Pero el hijo de la hermana de Pablo Oyó hablar de la emboscada. El fue, Entró en la fortaleza y se lo Informó a Pablo.
 17 Pablo Llamó a uno de los centuriones y le dijo: --Lleva a este joven al tribuno, porque tiene algo que comunicarle.
 18 Entonces él le Tomó, le Llevó al tribuno y le dijo: --El preso Pablo me Llamó y me Rogó que trajera este joven a ti, porque tiene algo que decirte.
 19 El tribuno le Tomó de la mano, y Llevàndolo aparte le Preguntó en privado: --¿Qué es lo que tienes que decirme?
 20 Y él dijo: --Los Judíos han acordado rogarte que mañana saques a Pablo al Sanedrín, como si fueran a indagar algo Màs exacto acerca de él.
 21 Pues Tú, no les creas, porque Màs de cuarenta hombres de ellos le Estàn preparando una emboscada. Se han jurado bajo Maldición que no Comeràn ni Beberàn hasta que le hayan asesinado. Ahora Estàn listos, esperando una promesa de parte tuya.
 22 Luego el tribuno Despidió al joven Encargàndole: --No digas a nadie que me has informado de esto.
 23 Entonces el tribuno Llamó a dos de los centuriones y dijo: --Para la tercera hora de la noche, preparad 200 soldados, Màs 70 de Caballería y 200 lanceros para que vayan a Cesarea.
 24 A la vez, Ordenó que proveyeran cabalgaduras para que Pablo montara, y le llevasen a salvo al procurador Félix.
 25 También Escribió una carta en estos términos:
 26 Claudio Lisias, al Excelentísimo procurador Félix. Saludos.
 27 Cuando este hombre fue prendido por los Judíos y estaba a punto de ser muerto por ellos, yo le rescaté acudiendo con la tropa, habiendo entendido que era romano.
 28 Queriendo saber el delito por el cual le acusaban, le hice bajar al Sanedrín de ellos.
 29 Hallé que era acusado de cuestiones de la ley de ellos, pero sin ninguna Acusación de crimen digno de muerte o de Prisión.
 30 Pero como se me Informó que Habría un complot contra el hombre, inmediatamente le envié a ti y he informado también a sus acusadores que declaren delante de ti lo que tienen contra él.
 31 Por tanto, de acuerdo con las órdenes que Habían recibido, los soldados tomaron a Pablo y le llevaron de noche a Antípatris.
 32 Y al Día siguiente, dejando que la Caballería siguiera con él, regresaron a la fortaleza.
 33 Después de llegar a Cesarea y entregar la carta al procurador, presentaron también a Pablo delante de él.
 34 El procurador Leyó la carta y le Preguntó de qué provincia era. Informado que era de Cilicia, dijo:
 35 --Oiré tu causa cuando vengan tus acusadores. Y Mandó que le guardaran en el Pretorio de Herodes.

 Acts  24

 1 Cinco Días después, Descendió el sumo sacerdote Ananías con algunos de los ancianos y un orador, un cierto Tértulo. Ellos comparecieron delante del procurador contra Pablo.
 2 Y al ser llamado éste, Tértulo Comenzó a acusarle diciendo: --Puesto que gozamos de mucha paz, gracias a ti, y se Estàn realizando reformas en beneficio de esta Nación debido a tu prudencia,
 3 oh Excelentísimo Félix, siempre y en todo lugar lo aceptamos con toda gratitud.
 4 Pero para no molestarte Màs largamente, te ruego que nos escuches brevemente, conforme a tu equidad.
 5 Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y es promotor de sediciones entre los Judíos de todo el mundo y cabecilla de la secta de los nazarenos.
 6 Intentó también profanar el templo, pero le prendimos. Nosotros quisimos juzgarle conforme a nuestra ley.
 7 Pero intervino el tribuno Lisias y con gran violencia le Quitó de nuestras manos,
 8 mandando a sus acusadores que se presenten delante de ti. Al examinarle, Tú mismo Podràs saber todas estas cosas de las que le acusamos.
 9 También los Judíos lo confirmaban, alegando que estas cosas eran Así.
 10 Entonces, cuando el procurador le dio señal para hablar, Pablo Contestó: --Sabiendo que por muchos años has sido juez de esta Nación, con confianza expondré mi defensa.
 11 Tú puedes cerciorarte de que no hace Màs de doce Días que Subí a Jerusalén para adorar.
 12 No me hallaron disputando con nadie en el templo, ni provocando tumultos del pueblo, ni en las sinagogas ni en la ciudad.
 13 Tampoco pueden ellos comprobarte las cosas de las que ahora me acusan.
 14 Sin embargo, te confieso esto: que sirvo al Dios de mis padres conforme al Camino que ellos llaman secta, creyendo todo lo que Està escrito en la Ley y en los Profetas.
 15 Tengo esperanza en Dios, la cual ellos mismos también abrigan, de que ha de haber Resurrección de los justos y de los injustos.
 16 Y por esto yo me esfuerzo siempre por tener una conciencia sin remordimiento delante de Dios y los hombres.
 17 Pasados muchos años, vine para presentar donativos y ofrendas a mi Nación.
 18 Mientras Hacía esto, unos Judíos de Asia me hallaron purificado en el templo (no en tumulto ni con alboroto).
 19 Ellos Deberían comparecer delante de ti y traer acusaciones, si es que tienen algo contra Mí.
 20 O que digan éstos mismos qué delito hallaron cuando Comparecí ante el Sanedrín,
 21 salvo que cuando estuve entre ellos lancé este grito: "¡Con respecto a la Resurrección de los muertos yo soy juzgado hoy por vosotros!"
 22 Entonces Félix, estando bien informado acerca de este Camino, les Aplazó diciendo: --Cuando venga el tribuno Lisias, examinaré vuestro caso.
 23 Dio órdenes al Centurión de que Pablo fuese custodiado, pero que tuviera algunos privilegios y que no se impidiese a ninguno de los suyos atenderle.
 24 Algunos Días después, vino Félix con Drusila su esposa, que era Judía. Mandó traer a Pablo, y le Oyó acerca de la fe en Cristo Jesús.
 25 Cuando Pablo disertaba de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se Llenó de miedo y Respondió: --Por ahora, vete; pero cuando tenga oportunidad, te llamaré.
 26 A la vez, Félix esperaba también que se le diera Algún dinero de parte de Pablo. Por eso le Hacía venir con frecuencia y hablaba con él.
 27 Pero al cabo de dos años, Félix Recibió como sucesor a Porcio Festo, y queriéndose congraciar con los Judíos, Félix Dejó preso a Pablo.

 Acts  25

 1 Tres Días después de haber asumido el mando de la provincia, Festo Subió de Cesarea a Jerusalén.
 2 Entonces los principales sacerdotes y los dirigentes de los Judíos se presentaron ante él contra Pablo, y le rogaban
 3 pidiendo contra él, el favor de que le hiciese traer a Jerusalén. Mientras tanto, ellos preparaban una emboscada para asesinarle en el camino.
 4 Pero Festo Respondió que Pablo estaba custodiado en Cesarea, y que en breve él mismo Partiría para Allà.
 5 Dijo: --Los que puedan de entre vosotros desciendan conmigo; y si hay alguna falta en este hombre, Acúsenle.
 6 Después de detenerse entre ellos no Màs de ocho o diez Días, Descendió a Cesarea; y al Día siguiente, se Sentó en el tribunal y Mandó que Pablo fuese Traído.
 7 Cuando Llegó, le rodearon los Judíos que Habían descendido de Jerusalén, haciendo muchas y graves acusaciones contra él, las cuales no Podían probar;
 8 mientras que Pablo Decía en su defensa: --En nada he pecado, ni contra la ley de los Judíos, ni contra el pueblo, ni contra el César.
 9 Pero Festo, queriendo congraciarse con los Judíos, Respondió a Pablo y dijo: --¿Quieres subir a Jerusalén para ser juzgado Allí delante de Mí acerca de estas cosas?
 10 Pablo Respondió: --Ante el tribunal del César estoy, donde me corresponde ser juzgado. A los Judíos no he hecho ninguna injusticia, como Tú muy bien lo sabes.
 11 Si estoy haciendo alguna injusticia o si he hecho alguna cosa digna de muerte, no Rehúso morir; pero si no hay nada de cierto en las cosas de las que éstos me acusan, nadie puede entregarme a ellos. Yo apelo al César.
 12 Entonces Festo, habiendo consultado con el consejo, Respondió: --Al César has apelado. ¡Al César Iràs!
 13 Pasados algunos Días, el rey Agripa y Berenice fueron a Cesarea para saludar a Festo.
 14 Como pasaban Allí muchos Días, Festo Presentó al rey el caso de Pablo, diciendo: --Hay cierto hombre que ha sido dejado preso por Félix,
 15 con respecto a quien se me presentaron los principales sacerdotes y los ancianos de los Judíos cuando Subí a Jerusalén, pidiendo sentencia contra él.
 16 A ellos les Respondí que no es costumbre de los romanos entregar a Ningún hombre antes que el acusado tenga presentes a sus acusadores y tenga oportunidad de hacer su defensa contra la Acusación.
 17 Así que, habiendo venido ellos juntos Acà, sin ninguna demora, al Día siguiente, me senté en el tribunal y mandé traer al hombre.
 18 Pero cuando se presentaron los acusadores, no trajeron ninguna Acusación con respecto a él, de los Crímenes que yo sospechaba.
 19 Solamente Tenían contra él ciertas cuestiones acerca de su propia Religión y de un cierto Jesús, ya fallecido, de quien Pablo afirmaba que Està vivo.
 20 Yo, vacilante con semejante caso, le preguntaba si Quería ir a Jerusalén y ser juzgado por estas cosas Allí.
 21 Pero como Pablo Apeló a quedar bajo custodia para la Decisión de Augusto, mandé que le guardasen hasta que yo le enviara al César.
 22 Entonces Agripa dijo a Festo: --Yo también quisiera Oír al hombre. Y él dijo: --Mañana le Oiràs.
 23 Así que al Día siguiente vinieron Agripa y Berenice con mucha pompa, y después que entraron en la sala de audiencias con los tribunos y los principales de la ciudad, fue Traído Pablo por mandato de Festo.
 24 Entonces Festo dijo: --Rey Agripa, y todos los hombres Aquí presentes con nosotros: Mirad a este hombre, respecto del cual toda la multitud de los Judíos ha recurrido a Mí, tanto en Jerusalén como Aquí, clamando a gritos que él no debe vivir Màs.
 25 Pero yo hallé que él no Había hecho ninguna cosa digna de muerte, y habiendo apelado él mismo a Augusto, he determinado enviarle.
 26 Pero no tengo nada de cierto que escribir a mi señor acerca de él. Por esto le he Traído ante vosotros, y especialmente ante ti, oh rey Agripa, para que después de examinarle, yo tenga algo que escribir.
 27 Porque me parece cosa no razonable enviar un preso sin indicar también las acusaciones contra él.

 Acts  26

 1 Luego Agripa dijo a Pablo: --Se te permite hablar por ti mismo. Entonces Pablo Extendió la mano y Comenzó su defensa:
 2 --Me tengo por dichoso que haya de exponer hoy mi defensa delante de ti, oh rey Agripa, acerca de todas las cosas de las que soy acusado por los Judíos;
 3 mayormente por ser Tú conocedor de todas las costumbres y cuestiones de los Judíos. Por lo tanto, te ruego que me escuches con paciencia.
 4 Mi manera de vivir, desde mi juventud, la cual pasé desde el comienzo entre los de mi Nación en Jerusalén, la conocen todos los Judíos.
 5 Ellos me conocen desde antes, si quisieran testificarlo, que conforme a la Màs rigurosa secta de nuestra Religión Viví como fariseo.
 6 Y ahora soy sometido a juicio por la esperanza de la promesa que Dios hizo a nuestros padres,
 7 promesa que esperan alcanzar nuestras doce tribus sirviendo constantemente Día y noche. ¡Por la misma esperanza soy acusado por los Judíos, oh rey!
 8 ¿Por qué se juzga Increíble entre vosotros que Dios resucite a los muertos?
 9 Pues yo, a la verdad, Había pensado que Debía hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret;
 10 y esto hice en Jerusalén. Habiendo recibido Autorización de los principales sacerdotes, yo encerré en Càrceles a muchos de los santos; y cuando les mataban, yo di mi voto contra ellos.
 11 Muchas veces, Castigàndoles en todas las sinagogas, procuraba obligarles a blasfemar; y enfurecido en extremo contra ellos, los Perseguía hasta en las ciudades extranjeras.
 12 En esto estaba ocupado cuando iba a Damasco con Autorización y Comisión de los principales sacerdotes.
 13 En el camino a Mediodía, oh rey, vi que desde el cielo una luz, Màs resplandeciente que el sol, Alumbró alrededor de Mí y de los que viajaban conmigo.
 14 Habiendo Caído todos nosotros a tierra, Oí una voz que me Decía en lengua hebrea: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¡Dura cosa te es dar coces contra el Aguijón!"
 15 Entonces yo dije: "¿Quién eres, Señor?" Y el Señor dijo: "Yo soy Jesús, a quien Tú persigues.
 16 Pero Levàntate y ponte sobre tus pies, porque te he aparecido para esto: para constituirte en ministro y testigo de las cosas que has visto de Mí y de aquellas en que apareceré a ti.
 17 Yo te libraré del pueblo y de los gentiles, a los cuales ahora yo te Envío
 18 para abrir sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder de Satanàs a Dios, para que reciban Perdón de pecados y una herencia entre los santificados por la fe en Mí."
 19 Por lo cual, oh rey Agripa, no fui desobediente a la Visión celestial.
 20 Màs bien, primeramente a los que estaban en Damasco, y en Jerusalén y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, les he proclamado que se arrepientan y se conviertan a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.
 21 A causa de esto, los Judíos me prendieron en el templo e intentaron matarme.
 22 Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, me he mantenido firme hasta el Día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, sin decir nada ajeno a las cosas que los profetas y Moisés dijeron que Habían de suceder:
 23 que el Cristo Había de padecer, y que por ser el primero de la Resurrección de los muertos, Había de anunciar luz al pueblo y a los gentiles.
 24 Mientras él Decía estas cosas en su defensa, Festo le dijo a gran voz: --¡Estàs loco, Pablo! ¡Las muchas letras te vuelven loco!
 25 Pero Pablo dijo: --No estoy loco, oh Excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura.
 26 Pues el rey, delante de quien también hablo confiadamente, entiende de estas cosas. Porque estoy convencido de que nada de esto le es oculto, pues esto no ha ocurrido en Algún Rincón.
 27 ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? ¡Yo sé que crees!
 28 Entonces Agripa dijo a Pablo: --¡Por poco me persuades a ser cristiano!
 29 Y Pablo dijo: --¡Quisiera Dios que, por poco o por mucho, no solamente Tú sino también todos los que hoy me escuchan fueseis hechos como yo, salvo estas cadenas!
 30 Entonces se levantaron el rey, el procurador, Berenice y los que se Habían sentado con ellos.
 31 Y después de retirarse aparte, hablaban los unos con los otros diciendo: --Este hombre no hace ninguna cosa digna de muerte ni de Prisión.
 32 Y Agripa dijo a Festo: --Este hombre Podría ser puesto en libertad, si no hubiera apelado al César.

 Acts  27

 1 Cuando se Determinó que Habíamos de navegar a Italia, entregaron a Pablo y a algunos otros presos a un Centurión llamado Julio, de la Compañía Augusta.
 2 Así que nos embarcamos en una nave adramiteña que Salía para los puertos de Asia, y zarpamos. Estaba con nosotros Aristarco, un macedonio de Tesalónica.
 3 Al otro Día, atracamos en Sidón; y Julio, tratando a Pablo con amabilidad, le Permitió ir a sus amigos y ser atendido por ellos.
 4 Y habiendo zarpado de Allí, navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos nos eran contrarios.
 5 Después de cruzar por alta mar frente a Cilicia y a Panfilia, arribamos a Mira, ciudad de Licia.
 6 El Centurión Encontró Allí una nave alejandrina que navegaba a Italia, y nos Embarcó en ella.
 7 Navegando muchos Días despacio, y habiendo llegado a duras penas frente a Gnido, porque el viento nos Impedía, navegamos a sotavento de Creta frente a Salmón.
 8 Y Costeàndola con dificultad, llegamos a un lugar llamado Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea.
 9 Puesto que Había transcurrido mucho tiempo y se Hacía peligrosa la Navegación, porque también el Ayuno ya Había pasado, Pablo les amonestaba
 10 diciendo: --Hombres, veo que la Navegación ha de realizarse con daño y mucha pérdida, no Sólo de la carga y de la nave, sino también de nuestras vidas.
 11 Pero el Centurión fue persuadido Màs por el piloto y el Capitàn del barco, y no por lo que Pablo Decía.
 12 Ya que el puerto era Incómodo para pasar el invierno, la Mayoría Acordó zarpar de Allí, por si de alguna manera pudiesen arribar a Fenice, un puerto de Creta que mira al suroeste y al noroeste, para invernar Allí.
 13 Como Sopló una brisa del sur y les Pareció que ya Habían logrado lo que deseaban, izaron velas e iban costeando a Creta muy de cerca.
 14 Pero no mucho después dio contra la nave un viento huracanado que se llama Euraquilón.
 15 Como la nave era arrebatada y no Podía poner proa al viento, nos abandonamos a él y éramos llevados a la deriva.
 16 Navegamos a sotavento de una pequeña isla que se llama Cauda, y apenas pudimos retener el esquife.
 17 Y después de subirlo a bordo, se Valían de refuerzos para ceñir la nave. Pero temiendo encallar en la Sirte, bajaron velas y se dejaban llevar Así.
 18 Al Día siguiente, mientras éramos sacudidos por una furiosa tempestad, comenzaron a aligerar la carga;
 19 y al tercer Día, con sus propias manos arrojaron los aparejos del barco.
 20 Como no Aparecían ni el sol ni las estrellas por muchos Días y nos Sobrevenía una tempestad no pequeña, íbamos perdiendo ya toda esperanza de salvarnos.
 21 Entonces, como Hacía mucho que no Comíamos, Pablo se puso de pie en medio de ellos y dijo: --Oh hombres, Debíais haberme escuchado y no haber partido de Creta, para evitar este daño y pérdida.
 22 Pero ahora os insto a tener buen ànimo, pues no se Perderà la vida de ninguno de vosotros, sino solamente la nave.
 23 Porque esta noche estuvo conmigo un àngel del Dios de quien soy y a quien sirvo,
 24 y me dijo: "No temas, Pablo. Es necesario que comparezcas ante el César, y he Aquí Dios te ha concedido todos los que navegan contigo."
 25 Por tanto, oh hombres, tened buen ànimo, porque yo Confío en Dios que Serà Así como me ha dicho.
 26 Pero es necesario que demos en alguna isla.
 27 Cuando Llegó la decimocuarta noche, y siendo nosotros llevados a la deriva a través del mar Adriàtico, a la medianoche los marineros sospecharon que se acercaban a alguna tierra.
 28 Echaron la sonda y hallaron veinte brazas. Pasando un poco Màs adelante, volvieron a echar la sonda y hallaron quince brazas.
 29 Temiendo dar en escollos, echaron las cuatro anclas de la popa y ansiaban el amanecer.
 30 Como los marineros procuraban huir de la nave, y echaron el esquife al mar simulando que iban a largar las anclas de la proa,
 31 Pablo dijo al Centurión y a los soldados: --Si éstos no quedan en la nave, vosotros no podréis salvaros.
 32 Entonces los soldados cortaron las amarras del esquife y dejaron que se perdiera.
 33 Cuando Comenzó a amanecer, Pablo animaba a todos a comer algo, diciendo: --Este es el decimocuarto Día que Velàis y Seguís en ayunas sin comer nada.
 34 Por tanto, os ruego que Comàis algo, pues esto es para vuestra salud; porque no Perecerà ni un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros.
 35 Habiendo dicho esto, Tomó pan, dio gracias a Dios en presencia de todos y partiéndolo Comenzó a comer.
 36 Y cuando todos recobraron mejor ànimo, comieron ellos también.
 37 Eramos en total 276 personas en la nave.
 38 Luego, satisfechos de la comida, aligeraban la nave echando el trigo al mar.
 39 Cuando se hizo de Día, no Reconocían la tierra; pero Distinguían una Bahía que Tenía playa, en la cual, de ser posible, se Proponían varar la nave.
 40 Cortaron las anclas y las dejaron en el mar. A la vez, soltaron las amarras del Timón, izaron al viento la vela de proa e iban rumbo a la playa.
 41 Pero al dar en un banco de arena entre dos corrientes, hicieron encallar la nave. Al enclavarse la proa, Quedó Inmóvil, mientras la popa se Abría por la violencia de las olas.
 42 Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se escapara nadando;
 43 pero el Centurión, queriendo librar a Pablo, Frustró su intento. Mandó a los que Podían nadar que fueran los primeros en echarse para salir a tierra;
 44 y a los Demàs, unos en tablas, y otros en objetos de la nave. Así Sucedió que todos llegaron salvos a tierra.

 Acts  28

 1 Una vez a salvo, supimos luego que la isla se llamaba Malta.
 2 Los nativos nos trataron con no poca amabilidad, pues nos recibieron a todos y encendieron un fuego a causa de la lluvia que Caía, y del Frío.
 3 Entonces, al recoger Pablo una cantidad de ramas secas y echarlas al fuego, se le Prendió en la mano una Víbora que Huía del calor.
 4 Cuando los nativos vieron la serpiente colgada de su mano, se Decían unos a otros: "¡Seguramente este hombre es homicida, a quien, aunque se haya salvado del mar, la justicia no le deja vivir!"
 5 Entonces él Sacudió la serpiente en el fuego, pero no Padeció Ningún mal.
 6 Mientras tanto, ellos esperaban que comenzara a hincharse o que cayera muerto de repente. Pero al pasar mucho tiempo esperando y al ver que no le pasaba nada malo, cambiaron de parecer y Decían que era un dios.
 7 En aquellos lugares estaban las propiedades del hombre principal de la isla, que se llamaba Publio. Este nos Recibió y nos Hospedó de manera amistosa por tres Días.
 8 Aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y Disentería. Pablo Entró a donde él estaba, y después de orar, le impuso las manos y le Sanó.
 9 Después que Sucedió esto, los Demàs de la isla que Tenían enfermedades también Venían a él y eran sanados.
 10 También ellos nos honraron con muchos obsequios, y antes que Zarpàramos, nos abastecieron de las cosas necesarias.
 11 Así que, después de tres meses, zarpamos en una nave alejandrina que Había invernado en la isla y que Tenía por insignia a Càstor y Pólux.
 12 Habiendo arribado a Siracusa, estuvimos Allí tres Días.
 13 De Allí, costeando alrededor, fuimos a Regio; y un Día después se Levantó el viento del sur, y llegamos al segundo Día a Puteoli.
 14 Allí hallamos hermanos y fuimos invitados a quedarnos con ellos siete Días. Y de esta manera llegamos a Roma.
 15 Al Oír de nosotros, los hermanos vinieron hasta la plaza de Apio y las Tres Tabernas para recibirnos. Pablo, al verlos, dio gracias a Dios y Cobró ànimo.
 16 Cuando llegamos a Roma, a Pablo le fue permitido vivir aparte, con un soldado que le custodiaba.
 17 Aconteció que, tres Días después, Pablo Convocó a los que eran los principales de los Judíos, y una vez reunidos les dijo: --Hermanos, sin que yo haya hecho ninguna cosa contra el pueblo ni contra las costumbres de los padres, desde Jerusalén he sido entregado preso en manos de los romanos.
 18 Habiéndome examinado, ellos me Querían soltar porque no Había en Mí ninguna causa digna de muerte.
 19 Pero como los Judíos se Oponían, yo me vi forzado a apelar al César, no porque tenga de qué acusar a mi Nación.
 20 Así que, por esta causa os he llamado para veros y hablaros, porque por la esperanza de Israel estoy ceñido con esta cadena.
 21 Entonces ellos dijeron: --Nosotros no hemos recibido cartas de Judea tocante a ti, y ninguno de los hermanos que ha venido ha denunciado o hablado Algún mal acerca de ti.
 22 Pero queremos Oír de ti lo que piensas, porque nos es conocido acerca de esta secta, que en todas partes se habla en contra de ella.
 23 Habiéndole fijado un Día, en gran Número vinieron a él a donde se alojaba. Desde la mañana hasta el atardecer, les Exponía y les daba testimonio del reino de Dios, persuadiéndoles acerca de Jesús, partiendo de la Ley de Moisés y de los Profetas.
 24 Algunos quedaban convencidos por lo que Decía, pero otros no Creían.
 25 Como ellos no estaban de acuerdo entre Sí, se iban cuando Pablo les dijo una última palabra: --Bien Habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a vuestros padres, diciendo:
 26 Vé a este pueblo y diles: "De Oído oiréis y Jamàs entenderéis; y viendo veréis y nunca percibiréis."
 27 Porque el Corazón de este pueblo se ha vuelto insensible y con los Oídos oyeron torpemente. Han cerrado sus ojos de manera que no vean con los ojos, ni oigan con los Oídos, ni entiendan con el Corazón, ni se conviertan. Y yo los sanaré.
 28 Sabed, pues, que a los gentiles es anunciada esta Salvación de Dios, y ellos Oiràn.
 29 Y cuando él dijo estas cosas, los Judíos se fueron, porque Tenían una fuerte Discusión entre Sí.
 30 Pablo Permaneció dos años enteros en una casa que alquilaba. A todos los que Venían a él, les Recibía Allí,
 31 predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, con toda libertad y sin impedimento.

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