cristojesuselsalvador

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viernes, 31 de diciembre de 2010

JUAN 3

John  9

 1 Mientras pasaba Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento,
 2 y sus Discípulos le preguntaron diciendo: --Rabí, ¿quién Pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?
 3 Respondió Jesús: --No es que éste Pecó, ni tampoco sus padres. Al contrario, fue para que las obras de Dios se manifestaran en él.
 4 Me es preciso hacer las obras del que me Envió, mientras dure el Día. La noche viene cuando nadie puede trabajar.
 5 Mientras yo esté en el mundo, luz soy del mundo.
 6 Dicho esto, Escupió en tierra, hizo lodo con la saliva y con el lodo Untó los ojos del ciego.
 7 Y le dijo: --Vé, Làvate en el estanque de Siloé--que significa enviado--. Por tanto fue, se Lavó y Regresó viendo.
 8 Entonces los vecinos y los que antes le Habían visto que era mendigo Decían: --¿No es éste el que se sentaba para mendigar?
 9 Unos Decían: --Este es. Y otros: --No. Pero se parece a él. El Decía: --Yo soy.
 10 Entonces le Decían: --¿Cómo te fueron abiertos los ojos?
 11 El Respondió: --El hombre que se llama Jesús hizo lodo, me Untó los ojos y me dijo: "Vé a Siloé y Làvate." Entonces cuando fui y me lavé, Recibí la vista.
 12 Y le dijeron: --¿Dónde Està él? El dijo: --No sé.
 13 Llevaron ante los fariseos al que antes era ciego,
 14 porque el Día en que Jesús hizo lodo y le Abrió los ojos era Sàbado.
 15 Entonces, los fariseos le volvieron a preguntar de qué manera Había recibido la vista, y les dijo: --El me puso lodo sobre los ojos; me lavé y veo.
 16 Entonces algunos de los fariseos Decían: --Este hombre no es de Dios, porque no guarda el Sàbado. Pero otros Decían: --¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales señales? Había una División entre ellos.
 17 Entonces volvieron a hablar al ciego: --Tú, ¿qué dices de él, puesto que te Abrió los ojos? Y él dijo: --Que es profeta.
 18 Los Judíos, pues, no Creían que él Había sido ciego y que Había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que Había recibido la vista,
 19 y les preguntaron diciendo: --¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros Decís que Nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?
 20 Respondieron sus padres y dijeron: --Sabemos que éste es nuestro hijo y que Nació ciego.
 21 Pero Cómo ve ahora, no sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos. Edad tiene; preguntadle a él, y él Hablarà por su cuenta.
 22 Sus padres dijeron esto porque Tenían miedo de los Judíos, porque ya los Judíos Habían acordado que si alguno confesara que Jesús era el Cristo, fuera expulsado de la sinagoga.
 23 Por esta Razón dijeron sus padres: "Edad tiene; preguntadle a él."
 24 Así que por segunda vez llamaron al hombre que Había sido ciego y le dijeron: --¡Da gloria a Dios! Nosotros sabemos que este hombre es pecador.
 25 Entonces él Respondió: --Si es pecador, no lo sé. Una cosa sé: que habiendo sido ciego, ahora veo.
 26 Luego le dijeron: --¿Qué te hizo? ¿Cómo te Abrió los ojos?
 27 Les Contestó: --Ya os dije, y no escuchasteis. ¿Por qué lo queréis Oír otra vez? ¿Acaso queréis también vosotros haceros sus Discípulos?
 28 Entonces le ultrajaron y dijeron: --¡Tú eres Discípulo de él! ¡Pero nosotros somos Discípulos de Moisés!
 29 Nosotros sabemos que Dios ha hablado por Moisés, pero éste, no sabemos de Dónde sea.
 30 Respondió el hombre y les dijo: --¡Pues en esto Sí tenemos una cosa maravillosa! Que vosotros no Sepàis de Dónde es, y a Mí me Abrió los ojos.
 31 Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien es temeroso de Dios y hace su voluntad, a ése oye.
 32 Desde la eternidad nunca se Oyó que alguien abriese los ojos de uno que Había nacido ciego.
 33 Si éste no procediera de Dios, no Podría hacer nada.
 34 Le contestaron diciendo: --Tú naciste sumido en pecado, ¿y Tú quieres enseñarnos a nosotros? Y lo echaron fuera.
 35 Jesús Oyó que lo Habían echado fuera; y cuando lo Halló, le dijo: --¿Crees Tú en el Hijo del Hombre?
 36 El Respondió y dijo: --Señor, ¿quién es, para que yo crea en él?
 37 Jesús le dijo: --Le has visto, y el que habla contigo, él es.
 38 Y dijo: --¡Creo, Señor! Y le Adoró.
 39 Y dijo Jesús: --Para juicio yo he venido a este mundo; para que vean los que no ven, y los que ven sean hechos ciegos.
 40 Al Oír esto, algunos de los fariseos que estaban con él le dijeron: --¿Acaso somos nosotros también ciegos?
 41 Les dijo Jesús: --Si fuerais ciegos, no Tendríais pecado; pero ahora porque Decís: "Vemos", vuestro pecado permanece.

 John  10

 1 "De cierto, de cierto os digo que el que no entra al redil de las ovejas por la puerta, sino que sube por otra parte, ése es Ladrón y asaltante.
 2 Pero el que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
 3 A él le abre el portero, y las ovejas oyen su voz. A sus ovejas las llama por nombre y las conduce afuera.
 4 Y cuando saca fuera a todas las suyas, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
 5 Pero al extraño Jamàs Seguiràn; Màs bien, Huiràn de él, porque no conocen la voz de los extraños."
 6 Jesús les dijo esta figura, pero ellos no entendieron qué era lo que les Decía.
 7 Entonces Jesús les Habló de nuevo: "De cierto, de cierto os digo que yo soy la puerta de las ovejas.
 8 Todos los que vinieron antes de Mí eran ladrones y asaltantes, pero las ovejas no les oyeron.
 9 Yo soy la puerta. Si alguien entra por Mí, Serà salvo; Entrarà, Saldrà y Hallarà pastos.
 10 El Ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor pone su vida por las ovejas.
 12 Pero el asalariado, que no es el pastor, y a quien no le pertenecen las ovejas, ve que viene el lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo arrebata y esparce las ovejas.
 13 Huye porque es asalariado, y a él no le importan las ovejas.
 14 Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las Mías me conocen.
 15 Como el Padre me conoce, yo también conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
 16 "También tengo otras ovejas que no son de este redil. A ellas también me es necesario traer, y Oiràn mi voz. Así Habrà un solo rebaño y un solo pastor.
 17 Por esto me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.
 18 Nadie me la quita, sino que yo la pongo de Mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento Recibí de mi Padre."
 19 Hubo División otra vez entre los Judíos a causa de estas palabras,
 20 y muchos de ellos Decían: --Demonio tiene y Està fuera de Sí. ¿Por qué le Escuchàis?
 21 Otros Decían: --Estas palabras no son las de un endemoniado. ¿Podrà un demonio abrir los ojos de los ciegos?
 22 Se celebraba entonces la fiesta de la Dedicación en Jerusalén. Era invierno,
 23 y Jesús andaba en el templo por el Pórtico de Salomón.
 24 Entonces le rodearon los Judíos y le dijeron: --¿Hasta Cuàndo nos Tendràs en suspenso? Si Tú eres el Cristo, Dínoslo abiertamente.
 25 Jesús les Contestó: --Os lo he dicho, y no creéis. Las obras que yo hago en nombre de mi Padre, éstas dan testimonio de Mí.
 26 Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas.
 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.
 28 Yo les doy vida eterna, y no Pereceràn Jamàs, y nadie las Arrebatarà de mi mano.
 29 Mi Padre que me las ha dado, es mayor que todos; y nadie las puede arrebatar de las manos del Padre.
 30 Yo y el Padre una cosa somos.
 31 Los Judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.
 32 Jesús les Respondió: --Muchas buenas obras os he mostrado de parte del Padre. ¿Por Cuàl de estas obras me Apedreàis?
 33 Los Judíos le respondieron: --No te apedreamos por obra buena, sino por blasfemia y porque Tú, siendo hombre, te haces Dios.
 34 Jesús les Respondió: --¿No Està escrito en vuestra ley, "Yo dije: Sois dioses"?
 35 Si dijo "dioses" a aquellos a quienes fue dirigida la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser anulada),
 36 ¿Decís vosotros: "Tú blasfemas" a quien el Padre Santificó y Envió al mundo, porque dije: "Soy Hijo de Dios"?
 37 Si no hago las obras de mi Padre, no me Creàis.
 38 Pero si las hago, aunque a Mí no me Creàis, creed a las obras; para que Conozcàis y Creàis que el Padre Està en Mí, y yo en el Padre.
 39 Procuraban otra vez tomarle preso, pero él se Salió de las manos de ellos.
 40 Y Volvió al otro lado del Jordàn al lugar donde al principio Juan Había estado bautizando, y se Quedó Allí.
 41 Y muchos fueron a él y Decían: "Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste era verdad."
 42 Y muchos creyeron en él Allí.

 John  11

 1 Estaba entonces enfermo un hombre llamado Làzaro, de Betania, la aldea de María y de su hermana Marta.
 2 María era la que Ungió al Señor con perfume y Secó sus pies con sus cabellos. Y Làzaro, que estaba enfermo, era su hermano.
 3 Entonces sus hermanas enviaron para decir a Jesús: "Señor, he Aquí el que amas Està enfermo."
 4 Al Oírlo, Jesús dijo: --Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios; para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
 5 Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Làzaro.
 6 Cuando Oyó, pues, que estaba enfermo, se Quedó Aún dos Días Màs en el lugar donde estaba;
 7 y luego, después de esto, dijo a sus Discípulos: --Vamos a Judea otra vez.
 8 Le dijeron sus Discípulos: --Rabí, hace poco los Judíos procuraban apedrearte, ¿y otra vez vas Allà?
 9 Respondió Jesús: --¿No tiene el Día doce horas? Si uno camina de Día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo.
 10 Pero si uno camina de noche, tropieza porque no hay luz en él.
 11 Habiendo dicho estas cosas después les dijo: --Nuestro amigo Làzaro duerme, pero voy para despertarlo.
 12 Entonces dijeron sus Discípulos: --Señor, si duerme, se Sanarà.
 13 Sin embargo, Jesús Había dicho esto de la muerte de Làzaro, pero ellos pensaron que hablaba del reposo del sueño.
 14 Así que, luego Jesús les dijo claramente: --Làzaro ha muerto;
 15 y a causa de vosotros me alegro de que yo no haya estado Allà, para que Creàis. Pero vayamos a él.
 16 Entonces Tomàs, que se llamaba Dídimo, dijo a sus Condiscípulos: --Vamos también nosotros, para que muramos con él.
 17 Cuando Llegó Jesús, Halló que Hacía ya cuatro Días que Làzaro estaba en el sepulcro.
 18 Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios,
 19 y muchos de los Judíos Habían venido a Marta y a María para consolarlas por su hermano.
 20 Entonces cuando Oyó que Jesús Venía, Marta Salió a encontrarle, pero María se Quedó sentada en casa.
 21 Marta dijo a Jesús: --Señor, si hubieses estado Aquí, mi hermano no Habría muerto.
 22 Pero ahora también sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo Darà.
 23 Jesús le dijo: --Tu hermano Resucitarà.
 24 Marta le dijo: --Yo sé que Resucitarà en la Resurrección en el Día final.
 25 Jesús le dijo: --Yo soy la Resurrección y la vida. El que cree en Mí, aunque muera, Vivirà.
 26 Y todo aquel que vive y cree en Mí no Morirà para siempre. ¿Crees esto?
 27 Le dijo: --Sí, Señor; yo he Creído que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que Había de venir al mundo.
 28 Y cuando hubo dicho esto, fue y Llamó en secreto a su hermana María, diciendo: --El Maestro Està Aquí y te llama.
 29 Ella, cuando lo Oyó, se Levantó de prisa y fue a donde él estaba;
 30 pues Jesús Todavía no Había llegado a la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le Había encontrado.
 31 Entonces, los Judíos que estaban en la casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se Levantó de prisa y Salió, la siguieron, porque pensaban que iba al sepulcro a llorar Allí.
 32 Luego, cuando María Llegó al lugar donde estaba Jesús y le vio, se Postró a sus pies diciéndole: --Señor, si hubieras estado Aquí, no Habría muerto mi hermano.
 33 Entonces Jesús, al verla llorando y al ver a los Judíos que Habían venido junto con ella también llorando, se Conmovió en Espíritu y se Turbó.
 34 Y dijo: --¿Dónde le habéis puesto? Le dijeron: --Señor, ven y ve.
 35 Jesús Lloró.
 36 Entonces dijeron los Judíos: --Mirad Cómo le amaba.
 37 Pero algunos de ellos dijeron: --¿No Podía éste, que Abrió los ojos al ciego, hacer también que Làzaro no muriese?
 38 Jesús, conmovido otra vez dentro de Sí, fue al sepulcro. Era una cueva y Tenía puesta una piedra contra la entrada.
 39 Jesús dijo: --Quitad la piedra. Marta, la hermana del que Había muerto, le dijo: --Señor, hiede ya, porque tiene cuatro Días.
 40 Jesús le dijo: --¿No te dije que si crees Veràs la gloria de Dios?
 41 Luego quitaron la piedra, y Jesús Alzó los ojos arriba y dijo: --Padre, te doy gracias porque me Oíste.
 42 Yo Sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la gente que Està alrededor, para que crean que Tú me has enviado.
 43 Habiendo dicho esto, Llamó a gran voz: --¡Làzaro, ven fuera!
 44 Y el que Había estado muerto Salió, atados los pies y las manos con vendas y su cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: --Desatadle y dejadle ir.
 45 Muchos de los Judíos que Habían venido a María y Habían visto lo que Había hecho Jesús, creyeron en él.
 46 Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús Había hecho.
 47 Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron al Sanedrín y Decían: --¿Qué hacemos? Pues este hombre hace muchas señales.
 48 Si le dejamos seguir Así, todos Creeràn en él; y Vendràn los romanos y Destruiràn nuestro lugar y nuestra Nación.
 49 Entonces uno de ellos, Caifàs, que era sumo sacerdote en aquel año, les dijo: --Vosotros no sabéis nada;
 50 ni Consideràis que os conviene que un solo hombre muera por el pueblo, y no que perezca toda la Nación.
 51 Pero esto no lo dijo de Sí mismo; sino que, como era el sumo sacerdote de aquel año, Profetizó que Jesús Había de morir por la Nación;
 52 y no solamente por la Nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban esparcidos.
 53 Así que, desde aquel Día resolvieron matarle.
 54 Por lo tanto, Jesús ya no andaba abiertamente entre los Judíos, sino que se fue de Allí a la Región que Està junto al desierto, a una ciudad que se llama Efraín; y estaba Allí con sus Discípulos.
 55 Ya estaba Próxima la Pascua de los Judíos, y muchos subieron de esa Región a Jerusalén antes de la Pascua para purificarse.
 56 Buscaban a Jesús y se Decían unos a otros, estando en el templo: --¿Qué os parece? ¿Que tal vez ni venga a la fiesta?
 57 Los principales sacerdotes y los fariseos Habían dado órdenes de que si alguno supiese Dónde estaba, lo informara para que le tomaran preso.

 John  12

 1 Seis Días antes de la Pascua, Llegó Jesús a Betania, donde estaba Làzaro, a quien Jesús Resucitó de entre los muertos.
 2 Le hicieron Allí una cena. Marta Servía, y Làzaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él.
 3 Entonces María, habiendo Traído una libra de perfume de nardo puro de mucho valor, Ungió los pies de Jesús y los Limpió con sus cabellos. Y la casa se Llenó con el olor del perfume.
 4 Pero uno de sus Discípulos, Judas Iscariote, el que estaba por entregarle, dijo:
 5 --¿Por qué no fue vendido este perfume por trescientos denarios y dado a los pobres?
 6 Pero dijo esto, no porque le importaban los pobres, sino porque era Ladrón, y teniendo la bolsa a su cargo Sustraía de lo que se echaba en ella.
 7 Entonces Jesús dijo: --Déjala. Para el Día de mi sepultura ha guardado esto.
 8 Porque a los pobres siempre los tenéis con vosotros, pero a Mí, no siempre me tendréis.
 9 Entonces mucha gente de los Judíos se Enteró de que él estaba Allí; y fueron, no Sólo por causa de Jesús, sino también para ver a Làzaro, a quien él Había resucitado de entre los muertos.
 10 Pero los principales sacerdotes resolvieron matar también a Làzaro,
 11 porque por causa de él muchos de los Judíos se apartaban y Creían en Jesús.
 12 Al Día siguiente, cuando oyeron que Jesús Venía a Jerusalén, la gran multitud que Había venido a la fiesta
 13 Tomó ramas de palmera y Salió a recibirle, y le aclamaban a gritos: "¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!"
 14 Habiendo encontrado Jesús un borriquillo, Montó sobre él, como Està escrito:
 15 No temas, hija de Sion. ¡He Aquí tu Rey viene, sentado sobre una Cría de asna!
 16 Sus Discípulos no entendieron estas cosas al principio. Pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y que estas cosas le hicieron a él.
 17 La gente que estaba con él daba testimonio de cuando Llamó a Làzaro del sepulcro y le Resucitó de entre los muertos.
 18 Por esto también la multitud Salió a recibirle, porque oyeron que él Había hecho esta señal.
 19 Entonces los fariseos dijeron entre Sí: --Ved que nada Ganàis. ¡He Aquí, el mundo se va tras él!
 20 Había ciertos griegos entre los que Habían subido a adorar en la fiesta.
 21 Ellos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaban diciendo: --Señor, quisiéramos ver a Jesús.
 22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés. Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús.
 23 Y Jesús les Respondió diciendo: --Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
 24 De cierto, de cierto os digo que a menos que el grano de trigo caiga en la tierra y muera, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
 25 El que ama su vida, la pierde; pero el que odia su vida en este mundo, para vida eterna la Guardarà.
 26 Si alguno me sirve, Sígame; y donde yo estoy, Allí también Estarà mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le Honrarà.
 27 Ahora Està turbada mi alma. ¿Qué diré: "Padre, Sàlvame de esta hora"? ¡Al contrario, para esto he llegado a esta hora!
 28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: "¡Ya lo he glorificado y lo glorificaré otra vez!"
 29 La multitud que estaba presente y Escuchó, Decía que Había sido un trueno. Otros Decían: --¡Un àngel le ha hablado!
 30 Jesús Respondió y dijo: --No ha venido esta voz por causa Mía, sino por causa vuestra.
 31 Ahora es el juicio de este mundo. Ahora Serà echado fuera el Príncipe de este mundo.
 32 Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a Mí mismo.
 33 Esto Decía dando a entender de qué muerte Había de morir.
 34 Entonces la gente le Respondió: --Nosotros hemos Oído que, Según la ley, el Cristo permanece para siempre. ¿Y Cómo es que Tú dices: "Es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado"? ¿Quién es este Hijo del Hombre?
 35 Entonces Jesús les dijo: --Aún por un poco de tiempo Està la luz entre vosotros. Andad mientras tenéis la luz, para que no os sorprendan las tinieblas. Porque el que anda en tinieblas no sabe a Dónde va.
 36 Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para que Seàis hijos de luz. Estas cosas Habló Jesús, y al apartarse, se Escondió de ellos.
 37 Pero a pesar de haber hecho tantas señales delante de ellos, no Creían en él;
 38 para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías que dijo: Señor, ¿quién ha Creído a nuestro mensaje? ¿A quién se ha revelado el brazo del Señor?
 39 Por eso no Podían creer, porque Isaías dijo en otra Ocasión:
 40 El ha cegado los ojos de ellos y Endureció su Corazón, para que no vean con los ojos ni entiendan con el Corazón, ni se conviertan, y yo los sane.
 41 Estas cosas dijo Isaías porque vio su gloria y Habló acerca de él.
 42 No obstante, aun de entre los dirigentes, muchos creyeron en él, pero por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
 43 Porque amaron la gloria de los hombres Màs que la gloria de Dios.
 44 Pero Jesús Alzó la voz y dijo: "El que cree en Mí, no cree en Mí, sino en el que me Envió;
 45 y el que me ve a Mí, ve al que me Envió.
 46 Yo he venido al mundo como luz, para que todo aquel que cree en Mí no permanezca en las tinieblas.
 47 Si alguien oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo; porque yo no vine para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo.
 48 El que me desecha y no recibe mis palabras tiene quien le juzgue: La palabra que he hablado le Juzgarà en el Día final.
 49 Porque yo no hablé por Mí mismo; sino que el Padre que me Envió, él me ha dado mandamiento de qué he de decir y de qué he de hablar.
 50 Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así que, lo que yo hablo, lo hablo tal y como el Padre me ha hablado."

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