cristojesuselsalvador

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viernes, 24 de diciembre de 2010

LUCAS 7

Luke  22

 1 Estaba Próximo el Día de la fiesta de los panes sin levadura, que se llama la Pascua.
 2 Los principales sacerdotes y los escribas estaban buscando Cómo eliminarle, pues Temían al pueblo.
 3 Entonces Satanàs Entró en Judas, llamado Iscariote, el cual era uno del Número de los doce.
 4 El fue y Habló con los principales sacerdotes y con los magistrados acerca de Cómo entregarle.
 5 Estos se alegraron y acordaron darle dinero.
 6 El estuvo de acuerdo y buscaba la oportunidad para entregarle sin que la gente lo advirtiera.
 7 Llegó el Día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar la Víctima pascual.
 8 Jesús Envió a Pedro y a Juan, diciendo: --Id, preparadnos la Pascua para que comamos.
 9 Ellos le preguntaron: --¿Dónde quieres que la preparemos?
 10 El les dijo: --He Aquí, cuando entréis en la ciudad, os Saldrà al encuentro un hombre llevando un Càntaro de agua. Seguidle hasta la casa a donde entre.
 11 Decidle al dueño de la casa: "El Maestro te dice: '¿Dónde Està la Habitación en la que he de comer la Pascua con mis Discípulos?'"
 12 Y él os Mostrarà un gran aposento alto, ya dispuesto. Preparad Allí.
 13 Fueron, pues, y hallaron como les Había dicho; y prepararon la Pascua.
 14 Cuando Llegó la hora, se Sentó a la mesa, y con él los Apóstoles.
 15 Y les dijo: --¡Cuànto he deseado comer con vosotros esta Pascua antes de padecer!
 16 Porque os digo que no comeré Màs de ella hasta que se cumpla en el reino de Dios.
 17 Luego Tomó una copa, y habiendo dado gracias, dijo: --Tomad esto y repartidlo entre vosotros,
 18 porque os digo que desde ahora no beberé Màs del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios.
 19 Entonces Tomó pan, y habiendo dado gracias, lo Partió y les dio diciendo: --Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado. Haced esto en memoria de Mí.
 20 Asimismo, después de haber cenado, Tomó también la copa y dijo: --Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
 21 No obstante, he Aquí la mano del que me entrega Està conmigo en la mesa.
 22 A la verdad, el Hijo del Hombre va Según lo que Està determinado, pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!
 23 Entonces ellos comenzaron a preguntarse entre Sí Cuàl de ellos Sería el que Habría de hacer esto.
 24 Hubo entre ellos una disputa acerca de quién de ellos Parecía ser el Màs importante.
 25 Entonces él les dijo: --Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que tienen autoridad sobre ellas son llamados bienhechores.
 26 Pero entre vosotros no Serà Así. Màs bien, el que entre vosotros sea el importante, sea como el Màs nuevo; y el que es dirigente, como el que sirve.
 27 Porque, ¿Cuàl es el Màs importante: el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.
 28 Y vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.
 29 Yo, pues, dispongo para vosotros un reino, como mi Padre lo dispuso para Mí;
 30 para que Comàis y Bebàis en mi mesa en mi reino, y os sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
 31 Simón, Simón, he Aquí Satanàs os ha pedido para zarandearos como a trigo.
 32 Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falle. Y Tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.
 33 El le dijo: --Señor, estoy listo para ir contigo aun a la Càrcel y a la muerte.
 34 Pero él dijo: --Pedro, te digo que el gallo no Cantarà hoy antes que Tú hayas negado tres veces que me conoces.
 35 Y les dijo a ellos: --Cuando os envié sin bolsa, sin alforja y sin calzado, ¿os Faltó algo? Ellos dijeron: --Nada.
 36 Entonces les dijo: --Pues ahora, el que tiene bolsa, Tómela; y también la alforja. Y el que no tiene espada, venda su manto y compre una.
 37 Porque os digo que es necesario que se cumpla en Mí aquello que Està escrito: Y fue contado con los malhechores. Porque lo que Està escrito de Mí tiene cumplimiento.
 38 Entonces ellos dijeron: --Señor, he Aquí dos espadas. Y él dijo: --Basta.
 39 Después de salir, se fue, como Solía, al monte de los Olivos; y sus Discípulos también le siguieron.
 40 Cuando Llegó al lugar, les dijo: --Orad que no entréis en Tentación.
 41 Y él se Apartó de ellos a una distancia como de un tiro de piedra, y puesto de rodillas oraba
 42 diciendo: --Padre, si quieres, aparta de Mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
 43 Entonces le Apareció un àngel del cielo para fortalecerle.
 44 Y angustiado, oraba con mayor intensidad, de modo que su sudor era como grandes gotas de sangre que Caían hasta la tierra.
 45 Cuando se Levantó de orar y Volvió a sus Discípulos, los Halló dormidos por causa de la tristeza.
 46 Y les dijo: --¿Por qué Dormís? Levantaos y orad, para que no entréis en Tentación.
 47 Mientras él Aún hablaba, he Aquí vino una multitud. El que se llamaba Judas, uno de los doce, Venía delante de ellos y se Acercó a Jesús para besarle.
 48 Entonces Jesús le dijo: --Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?
 49 Al ver los que estaban con él lo que Había de ocurrir, le dijeron: --Señor, ¿heriremos a espada?
 50 Y uno de ellos Hirió a un siervo del sumo sacerdote y le Cortó la oreja derecha.
 51 Entonces respondiendo Jesús dijo: --¡Basta de esto! Y tocando su oreja, le Sanó.
 52 Entonces Jesús dijo a los principales sacerdotes, los magistrados del templo y los ancianos que Habían venido contra él: --¿Como a Ladrón habéis salido con espadas y palos?
 53 Habiendo estado con vosotros cada Día en el templo, no extendisteis la mano contra Mí. Pero ésta es vuestra hora y la del poder de las tinieblas.
 54 Le prendieron, le llevaron y le hicieron entrar en la casa del sumo sacerdote. Y Pedro le Seguía de lejos.
 55 Cuando encendieron fuego en medio del patio y se sentaron alrededor, Pedro también se Sentó entre ellos.
 56 Entonces una criada, al verle sentado junto a la lumbre, le Miró fijamente y dijo: --¡Este estaba con él!
 57 Pero él Negó diciendo: --Mujer, no le conozco.
 58 Un poco después, al verle otro, le dijo: --¡Tú también eres de ellos! Y Pedro dijo: --Hombre, no lo soy.
 59 Como una hora después, otro Insistía diciendo: --Verdaderamente, también éste estaba con él, porque es galileo.
 60 Y Pedro dijo: --¡Hombre, no sé lo que dices! Y de inmediato, estando él Aún hablando, el gallo Cantó.
 61 Entonces el Señor se Volvió y Miró a Pedro, y Pedro se Acordó de la palabra del Señor como le Había dicho: "Antes que el gallo cante hoy, me Negaràs tres veces."
 62 Y saliendo fuera, Pedro Lloró amargamente.
 63 Los hombres que Tenían bajo custodia a Jesús se burlaban de él y le golpeaban.
 64 Y cubriéndole le preguntaban diciendo: --¡Profetiza! ¿Quién es el que te Golpeó?
 65 Y le Decían otras muchas cosas, Injuriàndole.
 66 Cuando Amaneció, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y le llevaron al Sanedrín de ellos.
 67 Y le dijeron: --Si Tú eres el Cristo, ¡Dínoslo! Pero él les dijo: --Si os lo dijera, no lo Creeríais.
 68 Ademàs, si yo os preguntara, no me Responderíais.
 69 Pero de ahora en adelante, el Hijo del Hombre Estarà sentado a la diestra del poder de Dios.
 70 Le dijeron todos: --Entonces, ¿eres Tú Hijo de Dios? Y él les dijo: --Vosotros Decís que yo soy.
 71 Entonces ellos dijeron: --¿Qué Màs necesidad tenemos de testimonio? Porque nosotros mismos lo hemos Oído de su boca.

 Luke  23

 1 Entonces, Levantàndose toda la multitud de ellos, le llevaron a Pilato.
 2 Y comenzaron a acusarle diciendo: --Hemos hallado a éste que agita a nuestra Nación, Prohíbe dar tributo al César y dice que él es el Cristo, un rey.
 3 Entonces Pilato le Preguntó diciendo: --¿Eres Tú el rey de los Judíos? Respondiendo le dijo: --Tú lo dices.
 4 Pilato dijo a los principales sacerdotes y a la multitud: --No hallo Ningún delito en este hombre.
 5 Pero ellos Insistían diciendo: --Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea, hasta Aquí.
 6 Entonces Pilato, al Oírlo, Preguntó si el hombre era galileo.
 7 Y al saber que era de la Jurisdicción de Herodes, lo Remitió a Herodes, quien también estaba en Jerusalén en aquellos Días.
 8 Herodes, viendo a Jesús, se Alegró mucho; porque Hacía mucho tiempo que deseaba verle, pues Había Oído muchas cosas de él y Tenía esperanzas de que le Vería hacer Algún milagro.
 9 Herodes le preguntaba con muchas palabras, pero Jesús no le Respondió nada.
 10 Estaban Allí los principales sacerdotes y los escribas, Acusàndole con vehemencia.
 11 Pero Herodes y su corte, después de menospreciarle y burlarse de él, le vistieron con ropa espléndida. Y Volvió a enviarle a Pilato.
 12 Aquel mismo Día se hicieron amigos Pilato y Herodes, porque antes Habían estado enemistados.
 13 Entonces Pilato Convocó a los principales sacerdotes, a los magistrados y al pueblo,
 14 y les dijo: --Me habéis presentado a éste como persona que Desvía al pueblo. He Aquí, yo le he interrogado delante de vosotros, y no he hallado Ningún delito en este hombre, de todo aquello que le Acusàis.
 15 Tampoco Herodes, porque él nos lo Remitió; y he Aquí no ha hecho ninguna cosa digna de muerte.
 16 Así que, le soltaré después de castigarle.
 17 Pues Tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta.
 18 Pero toda la multitud dio voces a una, diciendo: --¡Fuera con éste! ¡Suéltanos a Barrabàs!
 19 Este Había sido echado en la Càrcel por Sedición en la ciudad y por un homicidio.
 20 Entonces Pilato les Habló otra vez, queriendo soltar a Jesús.
 21 Pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: --¡Crucifícale! ¡Crucifícale!
 22 El les dijo por tercera vez: --¿Pues qué mal ha hecho éste? Ningún delito de muerte he hallado en él. Le castigaré entonces, y le soltaré.
 23 Pero ellos Insistían a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y sus voces prevalecieron.
 24 Entonces Pilato Juzgó que se hiciese lo que ellos Pedían.
 25 Les Soltó a aquel que Había sido echado en la Càrcel por Sedición y homicidio, a quien ellos Habían pedido, y Entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
 26 Y ellos, al llevarle, tomaron a un tal Simón de Cirene, que Venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús.
 27 Le Seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, las cuales lloraban y se lamentaban por él.
 28 Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: --Hijas de Jerusalén, no lloréis por Mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.
 29 Porque he Aquí Vendràn Días en que Diràn: "Bienaventuradas las estériles, los vientres que no concibieron y los pechos que no criaron."
 30 Entonces Comenzaràn a decir a las montañas: "¡Caed sobre nosotros!" y a las colinas: "¡Cubridnos!"
 31 Porque si con el àrbol verde hacen estas cosas, ¿qué se Harà con el seco?
 32 Llevaban también a otros dos, que eran malhechores, para ser ejecutados con él.
 33 Cuando llegaron al lugar que se llama de la Calavera, le crucificaron Allí, y a los malhechores: el uno a la derecha y el otro a la izquierda.
 34 Y Jesús Decía: --Padre, Perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y partiendo sus vestidos, echaron suertes.
 35 El pueblo estaba de pie mirando, y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: --A otros Salvó. Sàlvese a Sí mismo, si es el Cristo, el escogido de Dios.
 36 También los soldados le Escarnecían, Acercàndose, ofreciéndole vinagre
 37 y diciéndole: --Si Tú eres el rey de los Judíos, Sàlvate a ti mismo.
 38 Había también sobre él un Título escrito que Decía: ESTE ES EL REY DE LOS JUDIOS.
 39 Uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba diciendo: --¿No eres Tú el Cristo? ¡Sàlvate a ti mismo y a nosotros!
 40 Respondiendo el otro, le Reprendió diciendo: --¿Ni siquiera temes Tú a Dios, estando en la misma Condenación?
 41 Nosotros, a la verdad, padecemos con Razón, porque estamos recibiendo lo que merecieron nuestros hechos; pero éste no hizo Ningún mal.
 42 Y le dijo: --Jesús, acuérdate de Mí cuando vengas en tu reino.
 43 Entonces Jesús le dijo: --De cierto te digo que hoy Estaràs conmigo en el Paraíso.
 44 Cuando era como la hora sexta, Descendió oscuridad sobre la tierra hasta la hora novena.
 45 El sol se Oscureció, y el velo del templo se Rasgó por en medio.
 46 Entonces Jesús, gritando a gran voz, dijo: --¡Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu! Y habiendo dicho esto, Expiró.
 47 Y cuando el Centurión vio lo que Había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: --¡Verdaderamente, este hombre era justo!
 48 Y toda la multitud que estaba presente en este Espectàculo, al ver lo que Había acontecido, Volvía Golpeàndose el pecho.
 49 Pero todos sus conocidos, y las mujeres que le Habían seguido desde Galilea, se quedaron lejos, mirando estas cosas.
 50 He Aquí, Había un hombre llamado José, el cual era miembro del concilio, y un hombre bueno y justo.
 51 Este no Había consentido con el consejo ni con los hechos de ellos. El era de Arimatea, ciudad de los Judíos, y también esperaba el reino de Dios.
 52 Este se Acercó a Pilato y le Pidió el cuerpo de Jesús.
 53 Después de bajarle de la cruz, le Envolvió en una Sàbana de lino y le puso en un sepulcro cavado en una peña, en el cual nadie Había sido puesto Todavía.
 54 Era el Día de la Preparación, y estaba por comenzar el Sàbado.
 55 Las mujeres que Habían venido con él de Galilea, también le siguieron y vieron el sepulcro y Cómo fue puesto el cuerpo.
 56 Entonces regresaron y prepararon especias Aromàticas y perfumes, y reposaron el Sàbado, conforme al mandamiento.

 Luke  24

 1 Y el primer Día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando las especias Aromàticas que Habían preparado.
 2 Y hallaron removida la piedra del sepulcro;
 3 pero al entrar, no hallaron el cuerpo de Jesús.
 4 Aconteció que estando perplejas por esto, he Aquí se pusieron de pie junto a ellas dos hombres con vestiduras resplandecientes.
 5 Como ellas les tuvieron temor y bajaron la cara a tierra, ellos les dijeron: --¿Por qué Buscàis entre los muertos al que vive?
 6 No Està Aquí; Màs bien, ha resucitado. Acordaos de lo que os Habló cuando estaba Aún en Galilea,
 7 como dijo: "Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado y resucite al tercer Día."
 8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras,
 9 y volviendo del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los once y a todos los Demàs.
 10 Las que dijeron estas cosas a los Apóstoles eran María Magdalena, Juana, María madre de Jacobo, y las Demàs mujeres que estaban con ellas.
 11 Pero sus palabras les Parecían a ellos locura, y no las creyeron.
 12 Sin embargo, Pedro se Levantó y Corrió al sepulcro. Cuando Miró adentro, vio los lienzos solos y se fue a casa, asombrado de lo que Había sucedido.
 13 He Aquí, el mismo Día dos de ellos iban a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén.
 14 Iban hablando entre Sí de todas aquellas cosas que Habían acontecido.
 15 Sucedió que, mientras iban conversando y discutiendo el uno con el otro, el mismo Jesús se Acercó e iba con ellos.
 16 Pero sus ojos estaban velados, de manera que no le reconocieron.
 17 Entonces les dijo: --¿Qué son estas cosas de que Estàis conversando entre vosotros mientras Caminàis? Se detuvieron con semblante triste.
 18 Y respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: --¿Eres Tú el único forastero en Jerusalén que no sabes las cosas que han acontecido en estos Días?
 19 Entonces él dijo: --¿Qué cosas? Y ellos dijeron: --De Jesús de Nazaret, que era un hombre profeta, poderoso en obras y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;
 20 y de Cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros dirigentes para ser condenado a muerte, y de Cómo le crucificaron.
 21 Nosotros Esperàbamos que él era el que Habría de redimir a Israel. Ahora, a todo esto se añade el hecho de que hoy es el tercer Día desde que esto Aconteció.
 22 Ademàs, unas mujeres de los nuestros nos han asombrado: Fueron muy temprano al sepulcro,
 23 y al no hallar su cuerpo, regresaron diciendo que Habían visto Visión de àngeles, los cuales les dijeron que él Està vivo.
 24 Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron como las mujeres Habían dicho, pero a él no le vieron.
 25 Entonces él les dijo: --¡Oh insensatos y tardos de Corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciese estas cosas y que entrara en su gloria?
 27 Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas, les interpretaba en todas las Escrituras lo que Decían de él.
 28 Así llegaron a la aldea a donde iban, y él hizo como que iba Màs adelante.
 29 Pero ellos le insistieron diciendo: --Quédate con nosotros, porque es tarde, y el Día ya ha declinado. Entró, pues, para quedarse con ellos.
 30 Y Aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, Tomó el pan, lo bendijo y les dio.
 31 Entonces fueron abiertos los ojos de ellos, y le reconocieron. Pero él Desapareció de su vista.
 32 Y se Decían el uno al otro: --¿No Ardía nuestro Corazón en nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos Abría las Escrituras?
 33 En la misma hora se levantaron y se volvieron a Jerusalén. Hallaron reunidos a los once y a los que estaban con ellos,
 34 quienes Decían: --¡Verdaderamente el Señor ha resucitado y ha aparecido a Simón!
 35 Entonces ellos contaron las cosas que les Habían acontecido en el camino, y Cómo se Había dado a conocer a ellos al partir el pan.
 36 Mientras hablaban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos y les dijo: --Paz a vosotros.
 37 Entonces ellos, aterrorizados y asombrados, pensaban que Veían un Espíritu.
 38 Pero él les dijo: --¿Por qué Estàis turbados, y por qué suben tales pensamientos a vuestros corazones?
 39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy. Palpad y ved, pues un Espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.
 40 Al decir esto, les Mostró las manos y los pies.
 41 Y como ellos Aún no lo Creían por el gozo que Tenían y porque estaban asombrados, les dijo: --¿Tenéis Aquí algo de comer?
 42 Entonces le dieron un pedazo de pescado asado.
 43 Lo Tomó y Comió delante de ellos.
 44 Y les dijo: --Estas son las palabras que os hablé, estando Aún con vosotros: que era necesario que se cumpliesen todas estas cosas que Estàn escritas de Mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.
 45 Entonces les Abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras,
 46 y les dijo: --Así Està escrito, y Así fue necesario que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer Día;
 47 y que en su nombre se predicase el arrepentimiento y la Remisión de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
 48 Y vosotros sois testigos de estas cosas.
 49 He Aquí yo enviaré el cumplimiento de la promesa de mi Padre sobre vosotros. Pero quedaos vosotros en la ciudad hasta que Seàis investidos del poder de lo alto.
 50 Entonces él los Llevó fuera hasta Betania, y alzando sus manos les bendijo.
 51 Aconteció que al bendecirlos, se fue de ellos, y era llevado arriba al cielo.
 52 Después de haberle adorado, ellos regresaron a Jerusalén con gran gozo;
 53 y se hallaban continuamente en el templo, bendiciendo a Dios.

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